La hiperplasia epitelial focal (HEF) es una patología benigna inusual de la mucosa bucal, que predomina en niños y de poca frecuencia en adultos.
Es de etiología viral producida por el virus del papiloma humano (VPH), relacionada con los subtipos virales 13 y 32, los cuales se pueden determinar con técnicas de hibridación del DNA y reacción en cadena de la polimerasa.
La presentación clínicamente se caracteriza por mostrar múltiples pápulas que pueden afectar encía, mucosa labial, yugal y lengua.
El tamaño es variable entre 0,1 y 0,5 cm de diámetro, superficie lisa, aunque algunas veces puede ser rugosa, del mismo color de la mucosa adyacente, base sésil, de crecimiento lento, con tendencia a confluir y asintomática.
► Leer también: Hiperplasia epitelial multifocal. Manifestaciones bucales en niño
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El tamaño es variable entre 0,1 y 0,5 cm de diámetro, superficie lisa, aunque algunas veces puede ser rugosa, del mismo color de la mucosa adyacente, base sésil, de crecimiento lento, con tendencia a confluir y asintomática.
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En cuanto al tratamiento es muy importante destacar que esta enfermedad tiene tendencia a la regresión espontánea; pero dicha regresión persiste por 10 hasta 30 años, lo que implica que los pacientes presentaran las lesiones todo el período de la niñez, juventud y parte de la adultez, generando problemas bucales y psicosociales como el rechazo.
La excisión quirúrgica, criocirugía, ablación con laser y aplicación de ácido tricloroacético (ATA), son algunas de las diferentes alternativas de tratamiento empleadas para esta patología.
El ATA fue creado en la década de 1830 y se utilizó en humanos por primera vez en 1926, está compuesto por carbono, cloro, oxigeno e hidrogeno y produce una desnaturalización, precipitación y destrucción de las lesiones por coagulación química del tejido afectado.
La excisión quirúrgica, criocirugía, ablación con laser y aplicación de ácido tricloroacético (ATA), son algunas de las diferentes alternativas de tratamiento empleadas para esta patología.
El ATA fue creado en la década de 1830 y se utilizó en humanos por primera vez en 1926, está compuesto por carbono, cloro, oxigeno e hidrogeno y produce una desnaturalización, precipitación y destrucción de las lesiones por coagulación química del tejido afectado.