La lactancia materna, además de ser el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido, ofrece grandes beneficios para el correcto desarrollo de la musculatura y de las estructuras orofaciales, evitando la probabilidad de maloclusiones (la forma en que los dientes inferiores y superiores encajan entre sí) tempranas.
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Uno de los principales factores es la influencia del mecanismo de amamantamiento sobre el crecimiento maxilar y los patrones de deglución. El movimiento que el niño efectúa con la mandíbula y la lengua predomina sobre los otros huesos y músculos, favoreciendo al buen desarrollo de los maxilares.
► Ver también: Candidiasis bucal en el recién nacido
Fuente: Youtube/Medicable